Bitcoin no está pensado para que nadie se haga rico.
Bitcoin fue diseñado para facilitar intercambios de dinero entre ciudadanos y empresas, sin la necesidad de intermediarios y a un costo mucho más bajo que el tradicional. Además, es una criptomoneda que no está controlada por ningún gobierno o entidad central, lo que lo hace resistente a la censura y a la inflación.
La tecnología blockchain subyacente a Bitcoin permite registrar transacciones de manera segura y transparente en una base de datos distribuida. Esto garantiza la integridad de la información y previene fraudes y errores. Las transacciones en Bitcoin son irreversibles, lo que significa que una vez realizadas, no pueden ser anuladas o modificadas.
En sus inicios, algunas personas aprovecharon su volatilidad para ganar o perder dinero, pero se espera que en los próximos 30 años su valor sea mucho más estable y se convierta en la medida de valor de las cosas. Por ejemplo, se espera que un coche “normal” cueste 40 sats.
Bitcoin está dividido en 100 millones de sats, y sólo existirán 21 millones de bitcoins en total. Esta escasez es una de las características que otorga a esta criptomoneda su valor y la diferencia de las monedas tradicionales, que pueden ser emitidas en cantidades ilimitadas.
Además, la privacidad es un aspecto importante en Bitcoin, ya que permite proteger la identidad y los datos personales de los usuarios. Por estas razones, se puede afirmar que Bitcoin es el mejor dinero jamás creado y es un regalo para la humanidad, ya que no es de nadie, sino que es de y para todos.